El
mirar de tus ojos
alumbró
el abrir de los míos,
con
cambiantes luceros
armados
de rutilantes sombras
en
una negra oscuridad, llena de luz.
Unos
versos que pisaron
los
infinitos inútiles del vacío,
contorsionando
el paso de los días
y
los cambios de mi verbo,
que
agazapados brincaron
en
la inquietud de tu rosal.
Sueños
que se desmayaron
en
blancas arenas que lame el mar,
al
oír crepitar los callejones
buscando
tu soledad
perdida
de angustiosa desigualdad
arrullada
en tus orgullosos versos.
Voz
horadante y suelta
que
entre las manos y el azar llevas,
ágiles
senderos de espumas
donde
guardaste tu sensibilidad:
te
quiero blanca, te quiero negra,
te
quiero tal como quieras estar.
Triste
poema el que nació
con
la angustia que te acompañó,
bajo
el tenue filo de las palabras
en
el sendero de pena y silencio
que
el universo del hombre conquistó.
Homenaje
a Alfonsina Storni
Fotografía de Gemma